Terapia EMDR

Terapia EMDR

Aunque hemos destacado la rapidez con la que el paciente obtiene resultados y una notable mejoría con la terapia EMDR, no debes pensar que es cosa de un día y todo se soluciona. Dependiendo del paciente, de la intensidad del problema y otras circunstancias, el tratamiento puede tener que prolongarse más o menos tiempo.Responder a esta pregunta sobre la eficacia de la terapia EMDR es más fácil para los psicólogos si ponemos un ejemplo que asequible a todo el mundo. Y es que, el funcionamiento de esta terapia se basa en algo que la mente hace de forma natural. Es durante el sueño, una actividad que tiene una evidente función reparadora del cerebro, ya que sirve para reprocesar lo vivido durante el día. Bien, pues en las fases de sueño más profundo es cuando se observan movimientos oculares intensos e involuntarios en todos nosotros.

 

En la actualidad, psicólogos y psicoterapeutas contamos con una ventaja trascendental que juega a nuestro favor y, lo que es más importante aún, a favor de nuestros pacientes. Nos referimos a la existencia de diversas terapias, cada una de ellas con sus propias características y, por tanto, con capacidad de responder mejor a una situación específica. La Terapia EMDR es un claro ejemplo, un abordaje terapéutico innovador que ha demostrado unos resultados excepcionales en el tratamiento de traumas.

La Terapia EMDR, parte de un enfoque muy diferenciado y es de las últimas herramientas que se han incorporado a las consultas psicológicas de todo el mundo. Pero, a pesar de esa novedad, es ya uno de nuestros imprescindibles. Un protagonismo ganado a pulso, según se ha ido probando en distintas patologías y se contrastaban los beneficios que reporta. Esta eficacia es una de las razones que ha llevado al equipo de Pensaments a recibir formación específica en EMDR. Porque, nuestro objetivo es que dispongas de todas las herramientas terapéuticas que funcionan. Y, ¡la terapia EMDR funciona!, eso podemos confirmártelo.

 

Es más, sería injusto limitar su ámbito de aplicación al espectro del síndrome postraumático. Entre otras razones porque numerosas disfunciones emocionales, desde la ansiedad, pasando por las fobias, hasta llegar incluso a trastornos alimentarios o del sueño, tienen su origen en un trauma. Es decir, en una experiencia que se vive de forma especialmente estresante o angustiosa por la persona que la sufre. La EMDR terapia es perfecta para abordar estas cuestiones porque actúa directamente sobre esa sobrecarga emocional que te bloquea, rebajando su intensidad con más rapidez que otros tratamientos.

 

  • Claves para entender qué es la EMDR terapia

 

EMDR son las siglas que responden a la expresión Desensibilización y Reprocesamiento por los Movimientos Oculares. Y aquí está la clave para entender en qué consiste y qué hace tan singular a la EMDR terapia. Porque, fue en 1987 cuando la psicóloga estadounidense Francine Shapiro descubrió la relación entre ciertos movimientos voluntarios de los ojos y la reducción de los niveles de angustia en personas que sufrían Trastorno por Estrés Post Traumático.

Sí, lo que has leído o escuchado es cierto. En la Terapia EMDR trabajamos guiando tu mirada de un lado hacia el otro, para que recuperes imágenes y sensaciones traumáticas o recuerdos que te están bloqueando. Este proceso, que se conoce como estimulación bilateral, tiene una evidencia científica demostrada, ya que forma parte de los mecanismos naturales de la mente. Se ha comprobado que los sucesos traumáticos hacen que el cerebro deje de procesar la información con normalidad. Los dos hemisferios cerebrales dejan de hablar entre ellos, sufren una especie de desconexión para impedir el acceso a aquellos recuerdos intensamente dolorosos.

Como consecuencia, las sensaciones y emociones asociadas no pueden incorporarse a nuestros recuerdos como una parte más de nuestras experiencias. Cuando el paciente sigue el movimiento de los dedos de su terapeuta, el cerebro reconecta de forma natural esos recuerdos e imágenes que mantenía aislados con su red general de memoria. Así se consigue integrar esa experiencia traumática como una parte más del propio pasado e ir reduciendo progresivamente las perturbaciones emocionales que implicaba revivirlo.

 

  • Un tratamiento basado en la estimulación bilateral

 

La estimulación bilateral es un concepto íntimamente ligado a la EMDR terapia, tanto que es su seña de distinción. Es una herramienta que permite al paciente acceder a esos recuerdos dolorosos almacenados disfuncionalmente por el cerebro como mecanismo de defensa. Y es que, la mente reacciona de forma protectora intentando evitarnos aquello que nos produce angustia o sufrimiento extremo. Sin embargo, la única manera de superar los traumas es identificarlos para incorporarlos a nuestra experiencia vital.

De ahí que, la parte verdaderamente esencial de la terapia EMDR sea ayudarte a acceder de forma paulatina a esos recuerdos dolorosos. Con la estimulación bilateral puedes recuperar esa información, poco a poco, sin sentir tan intensamente los síntomas asociados a tu trauma (irritabilidad, miedo, rabia, insomnio, ansiedad…).

Eso sí, pese a que el formato más conocido de la estimulación con la que trabaja el EMDR sea el movimiento ocular, no es la única técnica de la que disponemos los psicoterapeutas. Porque la clave es hacer que los dos hemisferios del cerebro se comuniquen entre ellos. Algo que se consigue con estas tres líneas de intervención:

  • Estimulación visual. Como hemos dicho, el psicólogo mueve sus dedos delante del campo visual del paciente para que este los siga con su mirada, sin mover la cabeza. Suelen hacerse hasta un total de 40 movimientos de un lado al otro y es la técnica que mejor ha demostrado que la terapia EMDR funciona.
  • Estimulación auditiva. En este caso, lo que utilizamos son sonidos alternos en los dos oídos. Normalmente, se usan cascos para que evitar la interferencia de ruidos que distraigan al paciente. Sea como sea, lo que hay que garantizar es la alternancia entre ambos oídos, así como que el terapeuta pueda controlar tanto los sonidos, como su velocidad e intensidad en todo momento.
  • Estimulación kinestésica. Mediante ligeros toques en los hombros, las rodillas o las manos también se obtiene esa reconexión entre los dos lados del cerebro. Es lo que se conoce como tapping.

 

  • Terapia EMDR, ¿funciona?

Responder a esta pregunta sobre la eficacia de la terapia EMDR es más fácil para los psicólogos si ponemos un ejemplo que asequible a todo el mundo. Y es que, el funcionamiento de esta terapia se basa en algo que la mente hace de forma natural. Es durante el sueño, una actividad que tiene una evidente función reparadora del cerebro, ya que sirve para reprocesar lo vivido durante el día. Bien, pues en las fases de sueño más profundo es cuando se observan movimientos oculares intensos e involuntarios en todos nosotros.

 

Eso es, en esencia, lo que se traslada a la Terapia EMDR, solo que en esta ocasión se induce de forma consciente y controlada por el psicólogo. Porque, para asegurarnos de que la terapia EMDR funciona es imprescindible que los terapeutas podamos interrumpir y reanudar la estimulación cuando sea necesario, entre otras cuestiones para comprobar que el procesamiento de la información es el adecuado.

Pero, si hay una explicación que aclara por qué la terapia EMDR funciona esa es la que tiene que ver con el propio paciente, contigo. Porque esta técnica se centra en ti, para que seas capaz de activar tus propios mecanismos de “curación”, con los que cuenta de forma inherente tu mente, aunque tú no seas consciente de que existen.

 

  • Terapia EMDR: opiniones sobre su efectividad

Como cualquier terapia innovadora que irrumpe en el panorama clínico, siempre hay una cierta prevención respecto a su nivel de eficacia. Con la Terapia EMDR, las opiniones también son un reflejo de este recelo inicial. Y, además, en Pensaments entendemos que es positivo analizar al detalle cualquier tratamiento o terapia para validar si es interesante o no aplicarla en nuestras consultas.

En el caso de la Terapia EMDR, esas opiniones fueron más cautelosas en los momentos iniciales precisamente por su carácter transgresor, tan distinto de las pautas que rigen el mecanismo de la mayoría de las terapias convencionales. Afrontó un recelo similar al experimentado por la práctica de la hipnosis y la posibilidad de que ambas técnicas nos permitieran a los terapeutas manipular externamente la mente de un individuo. Afortunadamente, el tiempo ha demostrado lo equivocado de este temor. Más aún cuando hablamos de EMDR, ya que en esta terapia el paciente mantiene su plena conciencia durante todo el proceso.

De hecho, en la actualidad, la terapia EMDR ha obtenido el apoyo y reconocimiento de las principales instituciones y organismos nacionales o del ámbito mundial. Por citar solo algunos de estos hitos:

  • Para la OMS es, junto a la Terapia Cognitivo Conductual, el tratamiento más adecuado para pacientes con TEPT (Transtorno Estrés Postraumático).
  • Existe un programa específico, el EMDR-HAP, que se utiliza para tratar a la población en zonas de conflicto o azotadas por grandes catástrofes.
  • La SAMHSA y el NREPP, dos organizaciones internacionales que supervisan la evidencia científica de la eficacia de distintos programas y prácticas sanitarias, considera que es válido para abordar el TEPT, la depresión y la ansiedad.

 

  • Terapia EMDR y ansiedad

 

Las crisis de ansiedad son un fenómeno creciente en nuestra sociedad. Igual que todas las formas de fobia, incluida la agorafobia, que no dejan de ser un tipo de trastornos de ansiedad. Y, de no tratarse, se cronifica y puede derivar en un diagnóstico de ansiedad generalizada. Dar respuesta a este problema es, sin duda, uno de los grandes retos que afrontamos los profesionales de la salud mental.

La terapia EMDR y la ansiedad forman un binomio realmente interesante. Sobre todo, porque esta técnica permite un abordaje a corto plazo y el tiempo es una de las claves para tratar a pacientes con ansiedad, cuyas vidas van experimentando limitaciones muy severas que les impiden desarrollar una actividad normal. Con el EMDR, los plazos de rehabilitación son mucho más cortos, a la vez que se mantiene la eficacia de los avances a largo plazo.

Pero, además, Terapia EMDR y ansiedad funcionan porque es una oportunidad para adquirir o mejorar tus habilidades personales, de forma que cuentas con instrumentos fiables para afrontar por ti misma futuros problemas de ansiedad. Porque, no trabajaremos solo con aquellas imágenes o acontecimientos que están en el origen de tu ansiedad. También accederás a esas primeras veces que sentiste ansiedad, lo que permitirá que neutralices las reacciones asociadas a esos momentos. Así, podrás enfrentarte con más seguridad a posibles situaciones similares y mantener tú el control.

 

  • ¿Cómo es una sesión de EMDR?

 

Aunque hemos destacado la rapidez con la que el paciente obtiene resultados y una notable mejoría con la terapia EMDR, no debes pensar que es cosa de un día y todo se soluciona. Dependiendo del paciente, de la intensidad del problema y otras circunstancias, el tratamiento puede tener que prolongarse más o menos tiempo.

En todo caso, las sesiones de EMDR se desarrollan siguiendo un esquema muy básico. Para que te hagas una idea, esta es la manera en la que te guiaremos:

  • Primero te proponemos un ejercicio de concentración, en el que focalizas ese recuerdo o imagen concreto que mayor malestar te provoca.
  • Una vez que has identificado el origen de tu problema, es cuando procedemos a la estimulación bilateral.
  • En este punto, te pedimos que expreses todo lo que se te está pasando por la cabeza: sonidos, emociones o imágenes, por ejemplo.
  • Vamos repitiendo el proceso hasta que consigas eliminar los pensamientos negativos y recuperar ese recuerdo deje de ser dañino y doloroso para ti.

     

 

  • Las tres fases de la terapia EMDR

 

La terapia EMDR funciona, entre otros motivos, porque se trata de un procedimiento diseñado y estructurado al detalle. Y es que, ese acceso a los recuerdos y vivencias dolorosos solo puedes afrontarlo sin que te genere una crisis, si lo haces de manera progresiva. Por eso, el EMDR se desarrolla siguiendo 3 etapas vinculadas con el proceso temporal que tú vives:

  • Fase 1: Pasado

En un primer momento, se trata de fijar la línea de intervención. Tú eres quién fija el objetivo que quiere alcanzar con el tratamiento. En este punto, además, tenemos que recoger aquellos hechos y experiencias o recuerdos que son el detonante de tu problema.

  • Fase 2: Presente

El segundo paso, va encaminado a identificar con el máximo detalla posible lo que activa la aparición de tu sintomatología. En este grupo de estímulos cabe todo: olores, personas, un color, una sensación, imágenes, un sabor… La idea es trabajar contigo en estos puntos hasta que consigas cambiar la forma en la que reaccionas, hasta que aprendas a evitar hacer lo que has estado haciendo hasta el momento del tratamiento.

  • Fase 3: Futuro

Este paso es una de las claves para que la terapia EMDR funcione, porque el objetivo es que los resultados sean permanentes. Es más, que cuentes con habilidades y competencias para reaccionar por ti mismo y atajar problemas similares en el futuro. Es un proceso en el que, no solo eliminas tu trauma, es que mejorará notablemente tu autoestima. Te sentirás más fuerte, creerás más en ti mismo y, por tanto, los miedos dejarán de dominarte.