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Por fin, parece que la Salud Mental empieza a recibir la atención que se merece. Es el momento perfecto para detenernos y comenzar a entender algunos de los problemas psicológicos más frecuentes para poder identificarlos. En este sentido, entender qué es un ataque de ansiedad y saber cómo controlarlo nos parece un excelente punto de partida.
Para comenzar a comprender lo que realmente implica un ataque de ansiedad, es esencial distinguirlo de la patología de la ansiedad generalizada. Porque, aunque ambos comparten detonantes, están íntimamente relacionados y tienen una naturaleza similar, hay una diferencia clara entre ambas.
La ansiedad es uno de los resortes naturales que sirve para garantizar la supervivencia del ser humano. El miedo nos pone en alerta ante posibles peligros, de forma que podamos prevenirlos y defendernos. Pero, cuando este estado de alerta se generaliza y lo que vive la persona es un temor continuado, sin justificación concreta, que le impide llevar desarrollar su rutina, es cuando hablamos de ansiedad.
Y, por su parte, el ataque de ansiedad es una crisis puntual y breve, que aparece de manera inesperada y que puede o no tener un origen concreto. Lo más preocupante es que es un problema que padece hasta un 20% de la población y que, en su mayoría, se solventa sin tomar ninguna medida.
Un ataque de ansiedad o pánico se caracteriza, además de por la brevedad de su duración, porque tiene unos síntomas tanto físicos como emocionales. Como siempre señalamos al hablar de Psicología, cada persona vive estos episodios de crisis de ansiedad de una forma distinta, pero hay unas manifestaciones físicas que se repiten:
Además, hay otros síntomas que tienen que ver con estado emocional y mental. Básicamente podemos resumirlos en:
Sin embargo, lo más significativo que vive una persona durante un ataque de ansiedad es una angustia paralizante que le impide acometer hasta las acciones más simples. No es necesario que se presenten a la vez todos estos síntomas para poder hablar de un ataque de pánico. Lo más característico es que aparecen, como hemos dicho, de forma brusca y remiten en uno periodo breve de tiempo, que no suele superar los 15-30 minutos.
Aunque es esencial que quienes padecen ataques de ansiedad recurran a la consulta de un psicólogo para solucionar su problema, existen una serie de medidas que son efectivas para actuar y minimizar los efectos de estas crisis.
Un ataque de ansiedad no está considera una enfermedad psicológica en sí mismo, habría que analizar la frecuencia e intensidad con la que se producen. Sin embargo, en Pensaments te animamos a que compartas esta experiencia con uno de nuestros psicólogos, así podremos darte unas pautas de comportamiento más individualizadas que te ayuden a controlarlo.
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