Estabilidad emocional: ¿Cómo mantener la calma?

No es la primera, ni la última vez, que vamos a incidir en el tema de la gestión de las emociones. Practicar estas habilidades te conduce a la estabilidad emocional, una experiencia de aprendizaje y crecimiento personal muy gratificante.

 

¿Qué es la estabilidad emocional?

 

Seguro que has oído hablar de estabilidad emocional con frecuencia, lo que no quiere decir que sepas a qué se refiere exactamente esta expresión. Es algo tan sencillo como la capacidad de cada persona para manejar sus emociones desde una perspectiva en positivo.

 

No se trata de alcanzar un estado de “felicidad” permanente, sino de tener herramientas para manejar los inevitables cambios y sortear los obstáculos que son inherentes a la vida. Básicamente, es una tarea de reconocimiento y aceptación de tus sentimientos, de disponer de un mecanismo para procesar las emociones con un enfoque asertivo.

 

A menudo, para alcanzar esa estabilidad emocional es tan importante abandonar ciertas costumbres erróneas como incorporar otras correctas. Por eso, las recomendaciones que te proponemos van en ambas direcciones, lo que debes y lo que no debes hacer para disfrutar de un equilibrio emocional.

 

Claves para ser emocionalmente estable

 

Te decíamos que, a veces, el empujón hacia el desequilibrio emocional nos lo damos nosotros mismos adoptando ciertas actitudes o costumbres. Estas son las equivocaciones más frecuentes que dañan tu estabilidad emocional:

 

1. Diferenciar entre personas emocionales y reflexivas

 

Evidentemente, existen individuos que tienen más predisposición a expresar lo que sienten y otros que tienden más al análisis. Pero, esto no debes confundirlo con la emocionalidad. Todos sentimos y todos podemos aprender a manejar nuestras emociones. No hay una predisposición genética que te aboque a sufrir más que otros.

 

2. Los pensamientos no son irrefutables

 

A lo mejor, es el momento de desmontar ese principio que parece inmutable de que la verdad solo es una. O quizá, más exactamente, que todo pensamiento es verdadero. ¡No! Nuestra mente también genera pensamientos absurdos y carentes de sentido. Como dice Alan Lokos, fundador del Centro de Meditación de NY, “No creas todo lo que piensas. Los pensamientos solo son eso… pensamientos”.

 

Esta sobrevaloración de los pensamientos está detrás de muchos problemas de estabilidad emocional. Por ejemplo, si te da por pensar que vas a suspender ese examen trascendental, al final, lo más probable es que ocurra. Una actitud más crítica respecto a los pensamientos es una práctica propia del mindfulness que te ayudará con tu estabilidad emocional.

 

3. Los juicios… en los juzgados

 

Las emociones no son buenas o malas. Y, mucho menos, nadie es culpable de lo que siente porque los sentimientos no se pueden controlar, lo que aprendes es a entenderlos y manejar las reacciones que te provocan. No puedes evitar enfadarte, sí que el enfado no te lleve a romper todos los muebles de tu casa.

 

Empieza a empatizar contigo mismo. Igual que eres comprensivo con ese amigo que se siente hundido porque ha perdido su trabajo e intentas animarle, ¿por qué cuándo te ocurre a ti, te martirizas pensando que lo merecías, que eres un vago y que te toca aguantarte?

 

4. Para tener estabilidad emocional, no busques sentido a todo

 

La vida no es justa, no todo lo que nos ocurre tiene una causa que lo explique y los imprevistos existen. Mejor que empieces a asimilar estas tres realidades si te has propuesto avanzar en tu estabilidad emocional. Es cierto que necesitamos encontrar explicaciones para mantener a raya la incertidumbre, nos da pánico enfrentarnos a una realidad en la que ocurren cosas sin una justificación, simplemente porque sí.

 

Esta búsqueda del sentido a todo nos hace mucho más dolorosa, por ejemplo, la pérdida repentina de un ser querido, especialmente si es un niño. No existe ninguna razón, ocurre porque así es la vida y duele. Solamente queda abordar el duelo, procesar el dolor y seguir adelante.

 

5. Tu estabilidad emocional pasa por cuidarte

 

Finalmente, una vez más hay que incidir en la simbiosis entre el cuerpo y la mente. Es muy difícil ser una persona emocionalmente estable si vives en una realidad caótica. Toma las riendas de tu día a día y será más sencillo llegar a controlar tu emocionalidad. Y no es tan complicado, ya sabes en qué consiste una rutina saludable:

 

  • Dormir mínimo 7 horas cada noche.
  • Tener una dieta equilibrada.
  • Practicar deporte o una actividad física.
  • Evitar hábitos nocivos.
  • Reserva un tiempo para ti mismo.
  • Rodéate de personas y objetos que emanen positividad.

 

Te animamos a profundizar en todo lo que afecta a tu estabilidad emocional. Es la mejor inversión que puedes hacer en tu bienestar y notarás inmediatamente los beneficios que te reporta. Si necesitas orientación o acompañamiento, sabes que puedes contar con el equipo de Pensaments, siempre disponibles y a tu alcance en nuestra página web.