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Tan frecuente como desconocida, la infidelidad emocional es uno de los problemas que más afecta a las relaciones de pareja. La ruptura del compromiso con nuestro compañero o compañera no solo se manifiesta teniendo una relación física con un tercero. Establecer una conexión afectiva con otra persona puede ser igual o más traumático. Por supuesto, los límites aceptables siempre son muy personales, los establece cada pareja. Sin embargo, es interesante profundizar en esta realidad para tener una información más objetiva sobre lo que implica.
En qué consiste una infidelidad emocional
Desde nuestra perspectiva de psicólogos, jamás vamos a defender las relaciones afectivas restrictivas, que impiden que los miembros de la misma puedan interrelacionarse con otras personas. Pero, en el extremo opuesto de una posible dependencia emocional, podría situarse la realidad de una infidelidad emocional. Siempre, como hemos dicho, con la salvedad de que cada pareja es un mundo y establece sus reglas de convivencia, su forma de entender su compromiso.
Sin embargo, es obvio que la infidelidad emocional supone que se traspasan esas líneas pactadas explícita o implícitamente. Y es más fácil de lo que parece confirmarlo. Primero, porque la persona que comete esa deslealtad, intenta ocultarla, tal y como haría con una infidelidad sexual. Ese es, sin duda, uno de los factores objetivos que confirman que se está manteniendo una relación afectiva dañina para la pareja que se caracteriza por:
Cómo detectar un problema de infidelidad afectiva
Estos tiempos digitales y de interconexiones tecnológicas facilitan establecer relaciones sin contacto físico. Entre las situaciones de infidelidad emocional que más habitualmente vemos en las consultas de terapia de pareja hoy se encuentran este tipo de casos de “amistades” intensas por redes sociales. Eso no significa que sea la única vía para mantener estas aventuras. De hecho, ¡han existido siempre, con y sin internet!
La infidelidad emocional comparte causas con la infidelidad física convencional. Surge por las mismas razones: falta de comunicación, monotonía, insatisfacción sexual, disminución de la afectividad. Y, las señales que sirven para ponerte en alerta son similares a las de una infidelidad física:
¿Qué hacer ante una infidelidad emocional?
En todo caso, lo importante no cambia. Ante una infidelidad emocional hay que actuar de manera equivalente a lo que harías frente a una infidelidad sexual. Para empezar, se trata de mantener la calma y no tomar decisiones precipitadas. Sin duda, la opción de recurrir a una terapia de pareja, individualmente o los dos, es totalmente recomendable.
Pero, si necesitas tomarte un tiempo antes de dar ese paso, estas son las recomendaciones que te damos:
No restes importancia a este asunto de la infidelidad emocional. Es un buen punto de partida para revisar aquellas cuestiones que intuías que no funcionan con tu pareja y no te atrevías a destapar. Es normal que te sientas abrumado y perdido. No olvides que en Pensaments podemos y queremos acompañarte, porque la terapia de pareja forma parte de nuestras especialidades.
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