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La importancia de la autorreflexión en el crecimiento emocional personal

En estos tiempos de auge de las redes sociales y de la inmediatez, cobra más importancia que nunca reivindicar el papel de la autoreflexión. Es una herramienta insustituible para fomentar el desarrollo personal y el bienestar emocional. Es cierto que requiere invertir tiempo y esfuerzo, pero los beneficios que nos aporta a nivel individual y como sociedad son tan trascendentales, que merece la pena profundizar en este concepto.

 

¿Qué es la autorreflexión?

 

Es probable que practiques la autoreflexión de manera inconsciente, con más frecuencia de lo que imaginas. ¿Hay momentos en los que te cuestionas tus propios pensamientos en un tema concreto? Eso es autorreflexión. ¿Tienes dudas sobre alguno de tus valores y cómo te han influido a la hora de tomar una decisión? Eso es autorreflexión.

 

En el extremo opuesto, cuándo tiendes a “echar balones fuera” cada vez que algo no te sale como deseabas. Si te convences de que estar solo, sin amigos, es culpa de la incomprensión de los demás y, en ningún caso, tu responsabilidad. Eso es consecuencia de una ausencia de autorreflexión.

 

Porque la autorreflexión no es otra cosa que un proceso de pensamiento activo que te lleva a cuestionarte ciertas situaciones. Es un proceso de meditación acerca de tus acciones y tus motivaciones. Al final el objetivo es conocerte mejor, ser más consciente de tus emociones. Como consecuencia, eres capaz de asumir tus errores y aprender de ellos para no cometerlos de nuevo. Y, también, entender tus éxitos y el mecanismo que te ha llevado a obtenerlos para aplicar estrategias similares en otras circunstancias. Es decir, la autorreflexión es un instrumento esencial de aprendizaje y crecimiento personal.

 

Claves para adquirir o mejorar tu capacidad de autorreflexionar

 

La autorreflexión, como otras capacidades humanas, no se adquiere por ciencia infusa. Es consecuencia de un proceso madurativo, que no se consigue de un día para otro y que implica un esfuerzo y dedicación. Para motivarte, puedes imaginarlo como un apasionante viaje hacia tu interior, en el que vas a descubrir todo un mundo de experiencias y emociones.

 

Evidentemente, entrenar y potenciar esta valiosa herramienta tiene unas claves que necesitas dominar. Estos son los principales asuntos en los que deberías incidir para ir avanzando en tu autorreflexión.

 

1. Indaga en tus orígenes

 

Durante mucho tiempo, una de las cuestiones filosóficas y científicas que protagonizaba muchas discusiones era si nacemos con una personalidad o esta se va cimentando con los condicionantes externos. Es decir, nos determina la genética o todo es educacional. No es una cuestión resuelta definitivamente, aunque parece haber consenso sobre que somos una combinación de características heredadas y otras adquiridas.

 

En cualquier caso, para tener capacidad de autorreflexión es imprescindible echar la vista atrás. Entender cuáles son tus orígenes, el entorno familiar y educacional, te ayuda a conocerte mejor y disponer de argumentos para comprender algunas de tus emociones.

 

2. Descubre los estímulos que te motivan

 

Todos necesitamos motivos para seguir adelante. De hecho, en muchas ocasiones, las personas caen en un proceso depresivo, precisamente, porque no encuentran razones para vivir. Pero, las motivaciones son muy distintas de un individuo a otro. Como no se pueden establecer clasificaciones generales, es esencial que tú descubras las tuyas. Cuidado, porque a veces, tenemos motivaciones erróneas que nos conducen a batallas perdidas y generan infelicidad. Esas también debes ser capaz de identificarlas.

 

3. Identifica tus mecanismos de defensa

 

Un poco siguiendo el hilo del argumento de las motivaciones, todos articulamos mecanismos para defendernos cuando nos sentimos en riesgo o atacados. Autorreflexiona sobre tu manera de reaccionar si te sientes amenazado. ¿Es proporcional al posible daño? ¿Por qué te hieren unas cuestiones y no otras? Son preguntas que te llevarán a conocer mejor cuáles son tus miedos y tus inseguridades.

 

4. La autorreflexión como un conocimiento de tus fortalezas y debilidades

 

Los apartados anteriores te conducen a ese punto en el que empiezas a saber con exactitud cuáles son tus debilidades y tus fortalezas. Ninguno somos perfectos, y es ese equilibrio entre defectos y virtudes el que nos convierte en seres capaces de superarnos día a día. Siempre, además, con la idea clara de que puedes transformar tus debilidades en fortalezas y alcanzar tus metas, si eres capaz de tomar el control y gestionar tus emociones.

 

5. Crea un hábito de autorreflexión

 

Nada puede sustituir a la constancia cuando hablamos de alcanzar metas. Si preparas un examen, te saldrá mejor estudiando un poco cada día que dándote un atracón la noche antes. Con la autorreflexión ocurre lo mismo, si la conviertes en una parte de tu rutina, serás más eficaz al utilizarla.

 

La autorreflexión es uno de los instrumentos más valiosos que tienes para crecer y ser más feliz. En Pensaments Psicólogos Mallorca lo sabemos, por eso, te animamos a profundizar en este aprendizaje con el apoyo de nuestro equipo psicológico. ¡Es un reto apasionante!