Seamos claros en este punto, ni los celos son una muestra de amor, ni estar enamorado es una razón para que quieras controlar a tu pareja. Las relaciones amorosas son un espacio para compartir, desde la individualidad, y siempre con el respeto al otro como factor esencial. Si tienes problemas para mantener una relación saludable en términos de igualdad, te proporcionamos unos consejos que dejes de ejercer control sobre tu pareja.
¿Por qué quieres controlar a tu pareja?
Este fenómeno, más extendido de lo que parece, es consecuencia de la inseguridad. ¡Ojo! No en la otra persona, sino en ti mismo. Es importante que entiendas este punto, porque ya te va a poner en una perspectiva distinta. Las excusas sobre el comportamiento de tu pareja como detonante de tu necesidad de control, no tienen nunca sentido. Pero aún menos, si te das cuenta de que el trasfondo de tu actitud es que te estás defendiendo de tu falta de seguridad. Da igual que el otro cambie, siempre vas a encontrar un resquicio para la duda, precisamente porque el problema está en tu interior.
Sin embargo, puede que ni siquiera seas consciente de tu necesidad de controlar a tu pareja porque hay maneras muy sutiles de hacerlo. Si te identificas con algunas de estas situaciones, no lo dudes, eres un controlador sentimental:
Claves para evitar tu inclinación al control
Controlar a tu pareja solo genera ansiedad, tristeza y os aboca a una ruptura. Tú no eres feliz y, por supuesto, la otra persona tampoco. Tienes la posibilidad de darle un giro total a esa situación y empezar a disfrutar de lo que es una convivencia enriquecedora. Se trata de que pongas en práctica estos consejos:
1. Sin comunicación es imposible dejar de controlar a tu pareja
Es esencial, como decíamos, que identifiques y reconozcas tu papel de controlador en la pareja. Pero, además, tienes que compartirlo, hablar sinceramente de lo que te ocurre, cómo te sientes y por qué te pasa.
2. Trabaja tu autoestima
Sin duda, la baja autoestima es uno de los detonantes de las personalidades controladoras. Es imprescindible que empieces a creer en ti, que seas consciente de tus cualidades y te valores. Tu pareja puede ayudarte, explicándote qué le gusta de ti y que te hace tan especial para ella.
3. Asume que la vida es imprevisible
Por mucho que quieras controlar a tu pareja, es imposible que evites los imprevistos. Hay mil cosas que pueden ocurrir y sobre las que ni tú ni nadie puede tener control alguno. Empieza a asumir que la vida es cambio y aprende a disfrutar del día a día. Lo que ocurra en el futuro, jamás te podrá robar lo ya vivido.
4. Reactiva tu vida propia
No todo el mundo tiene las mismas necesidades de autonomía e independencia. Esta diferencia se hace más visible cuando se establece una relación de pareja. Sobre todo, para la persona que no tiene esa inclinación porque se siente abandonada. Intenta encontrar actividades fuera de la pareja que te satisfagan. Al final, son vivencias que os enriquecen a ambos.
No es fácil dejar de controlar a tu pareja, lo sabemos. Por eso, el último o el primero de nuestros consejos es que pidas ayuda. Una buena terapia de pareja te orienta, te acompaña y te facilita esta evolución.
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