Consejos para dejar de controlar a tu pareja

Seamos claros en este punto, ni los celos son una muestra de amor, ni estar enamorado es una razón para que quieras controlar a tu pareja. Las relaciones amorosas son un espacio para compartir, desde la individualidad, y siempre con el respeto al otro como factor esencial. Si tienes problemas para mantener una relación saludable en términos de igualdad, te proporcionamos unos consejos que dejes de ejercer control sobre tu pareja.

 

¿Por qué quieres controlar a tu pareja?

 

Este fenómeno, más extendido de lo que parece, es consecuencia de la inseguridad. ¡Ojo! No en la otra persona, sino en ti mismo. Es importante que entiendas este punto, porque ya te va a poner en una perspectiva distinta. Las excusas sobre el comportamiento de tu pareja como detonante de tu necesidad de control, no tienen nunca sentido. Pero aún menos, si te das cuenta de que el trasfondo de tu actitud es que te estás defendiendo de tu falta de seguridad. Da igual que el otro cambie, siempre vas a encontrar un resquicio para la duda, precisamente porque el problema está en tu interior.

 

Sin embargo, puede que ni siquiera seas consciente de tu necesidad de controlar a tu pareja porque hay maneras muy sutiles de hacerlo. Si te identificas con algunas de estas situaciones, no lo dudes, eres un controlador sentimental:

 

  • Eres tú quien toma las decisiones sobre vuestras actividades y salidas. De nuevo, no busques excusas, las sorpresas están bien como algo excepcional, pero pierden su sentido si se convierten en rutina. Y, tampoco vale escudarte en que lo haces por su comodidad, para evitarle perder el tiempo.
  • Le preguntas constantemente sobre todo lo que ha hecho cuando no estáis juntos. Lo sano es que las conversaciones sean espontáneas, que tu pareja tenga ganas de contarte lo que le ha pasado en el trabajo o al salir con sus amigos. Pero, si conviertes esos momentos en un interrogatorio sobre los detalles más nimios, lo único que conseguirás es que tenga cada vez menos ganas de hablar contigo.
  • Tienes una actitud negativa y comentarios mayoritariamente críticos sobre su círculo de amigos.
  • Te sientes con derecho a conocer sus claves del teléfono y del ordenador e, incluso, a revisar sus mensajes. Todo ello, eso sí, en el nombre de la confianza y esa idea tóxica de que cuando dos personas se aman, se convierten en un ser único.
  • Sueles despreciar sus opiniones cuando no coinciden con las tuyas.
  • Le exiges que se responsabilice de determinadas actividades y, a la vez, supervisas o criticas como lo hace. No solo nos referimos a los supuestos más comunes (los hijos, ciertas tareas de la casa…). Por ejemplo, organizar las vacaciones o las reuniones sociales en casa.

 

Claves para evitar tu inclinación al control

 

Controlar a tu pareja solo genera ansiedad, tristeza y os aboca a una ruptura. Tú no eres feliz y, por supuesto, la otra persona tampoco. Tienes la posibilidad de darle un giro total a esa situación y empezar a disfrutar de lo que es una convivencia enriquecedora. Se trata de que pongas en práctica estos consejos:

 

1. Sin comunicación es imposible dejar de controlar a tu pareja

 

Es esencial, como decíamos, que identifiques y reconozcas tu papel de controlador en la pareja. Pero, además, tienes que compartirlo, hablar sinceramente de lo que te ocurre, cómo te sientes y por qué te pasa.

 

2. Trabaja tu autoestima

 

Sin duda, la baja autoestima es uno de los detonantes de las personalidades controladoras. Es imprescindible que empieces a creer en ti, que seas consciente de tus cualidades y te valores. Tu pareja puede ayudarte, explicándote qué le gusta de ti y que te hace tan especial para ella.

 

3. Asume que la vida es imprevisible

 

Por mucho que quieras controlar a tu pareja, es imposible que evites los imprevistos. Hay mil cosas que pueden ocurrir y sobre las que ni tú ni nadie puede tener control alguno. Empieza a asumir que la vida es cambio y aprende a disfrutar del día a día. Lo que ocurra en el futuro, jamás te podrá robar lo ya vivido.

 

4. Reactiva tu vida propia

 

No todo el mundo tiene las mismas necesidades de autonomía e independencia. Esta diferencia se hace más visible cuando se establece una relación de pareja. Sobre todo, para la persona que no tiene esa inclinación porque se siente abandonada. Intenta encontrar actividades fuera de la pareja que te satisfagan. Al final, son vivencias que os enriquecen a ambos.

 

No es fácil dejar de controlar a tu pareja, lo sabemos. Por eso, el último o el primero de nuestros consejos es que pidas ayuda. Una buena terapia de pareja te orienta, te acompaña y te facilita esta evolución.