Crisis emocional: en qué consiste y cómo superarla

Las emociones juegan un papel esencial en nuestro desarrollo. Su función básica es ayudarnos a identificar situaciones positivas o negativas, afrontarlas y superarlas. Sin embargo, hay ocasiones en las que te sientes incapaz de sobreponerte. Es lo que denominamos crisis emocional en Psicología. No desesperes nunca, porque existen estrategias para manejar estas etapas complicadas e incorporarlas a tu bagaje personal. Te proponemos conocerlas.

 

¿Qué es una crisis emocional?

 

Generalmente, le atribuimos al término “crisis” un sesgo negativo. Y, sin embargo, acudiendo a su origen etimológico (krisis, del griego, significa juicio o decisión) nada induce a considerarlo así, sino más bien lo contrario, es una oportunidad, la posibilidad de cambiar nuestra realidad tras superar un problema.

 

Si nos centramos en el significado de una crisis emocional desde la perspectiva de la Psicología, hablamos de un momento de profunda agitación interna, de desorganización, de desbordamiento. Es cuando tienes la sensación de haberte quedado sin herramientas para afrontar un conflicto. Lo que antes te había sido útil, ahora no te funciona.

 

Es evidente que las personas que tienen un déficit de ciertas habilidades son más propensas a sufrir una crisis emocional. Pero, ninguno estamos libres de experimentar este bloqueo en algún momento de su vida.

 

Estas son las señales más frecuentes que te permiten identificar si atraviesas una crisis emocional:

 

  • Falta de iniciativa para acometer las tareas más básicas, incluso la propia higiene personal.
  • Bruscos cambios de humos, con predominio de la tristeza y la ira.
  • Disfunciones en el sueño, bien por insomnio, bien por somnolencia diurna excesiva (SDE).
  • Aislamiento social.
  • Conductas autodestructivas
  • Una solución que transita por varias fases
  • Las crisis emocionales no surgen de repente, ni se viven como un proceso homogéneo. Al contrario, se desarrollan en distintas etapas. Es importante tener en cuenta que, aunque suele haber un acontecimiento que hace de detonante (una separación, una enfermedad, la pérdida del trabajo), ese generador no es el problema. La crisis proviene de tu respuesta ante esa eventualidad.

 

Por mucho que hayas leído que existen fórmulas mágicas para superar de forma inmediata una crisis emocional, lo que vas a necesitar es atravesar un proceso de transición paulatino. Esas etapas son cuatro:

 

1. Estupor y paralización

 

Todos hemos experimentado esa sensación de parálisis ante un peligro o un acontecimiento inesperado. Sobre todo, si se refiere a un asunto troncal de tu vida (el trabajo, la pareja o la familia), este imprevisto hace que se tambaleen tus principios vitales. Entras en una especie de conmoción que te impide reaccionar.

 

2. La incertidumbre como parte de una crisis emocional

 

Una vez superado ese primer momento sorpresivo, lo que empieza a crecer en tu interior es un desasosiego profundo, que va transformándose en ansiedad y angustia. Entiendes lo que está pasando y, precisamente, por eso empiezas a ser consciente de la magnitud del problema. Y, como consecuencia, crecen tus dudas sobre las opciones que tienes de manejarla.

 

3. Introspección y aislamiento

 

No toda crisis emocional implica una fase de intrusión, es decir, de repliegue en ti mismo. Pero sí es una de las etapas más preocupantes y que se da en los procesos más agudos o que se viven más intensamente. Es el momento en el que pierdes absolutamente el control, estás obsesionado por tu problema, no dejas de darle vueltas y de acrecentar los peligros relacionados que vislumbras en tu futuro.

 

Estos pensamientos intrusivos, como los denominamos los psicólogos, son miedos irracionales que llegan a tu mente de manera espontánea, sin que puedas hacer nada. Siempre son negativos y desagradables que no te ayudan a actuar. Al contrario, te paralizan y hacen que te repliegues en ti mismo.

 

4. Resolución de la crisis emocional

 

Para dejar detrás una crisis emocional es esencial que dejes salir el dolor. A medida que lo haces, vas dejando espacio para que trabaje tu parte más racional. Así vas tomando conciencia real de lo que sucede e identificas las habilidades que te ayudarán a resolver la crisis.

 

Es más fácil dar salida a ese malestar a través de un vehículo externo. La palabra es uno de los instrumentos que más eficacia ha demostrado para superar las crisis emocionales. Puede ser de forma oral, aunque es mucho más completo el proceso de escritura. Y esto porque crear una narrativa de tu experiencia implica una reflexión, poner en orden tus emociones e ideas.

 

No tienes por qué afrontar una crisis emocional desde la soledad. Solicitar atención psicológica, cuando nos superan las situaciones, es un signo de madurez e inteligencia. Desde Pensaments te recordamos que la salud mental merece la máxima atención.