Tricotilomanía: qué es, causas y tratamiento

A menudo, ponerle nombre a un problema es el primer paso para empezar a superarlo. La tricotilomanía es el término que define un trastorno psicológico bastante extendido. Se trata del gesto compulsivo de arrancarse el pelo de cualquier parte del cuerpo. Es importante detectarlo cuanto antes para evitar que se cronifique y produzca secuelas más graves. Te proporcionamos todas las claves.

 

¿Qué es la tricotilomanía?

 

Como ya adelantábamos, la tricotilomanía es un trastorno que se manifiesta por el hábito involuntario de tocarse y retorcerse el pelo, hasta arrancarlo. Aunque se suele relacionar con el cabello, puede producirse en cualquier parte del cuerpo o la cara, añadiendo una dificultad a la detección si es una zona poco visible.

 

Además de alopecia y los consiguientes complejos estéticos que conlleva esta situación, puede conducir a problemas dermatológicos. Incluso, en un porcentaje pequeño, hay personas que ingieren el pelo que se arrancan, lo que afecta al sistema digestivo.

 

Se calcula que entre un 2% y un 4% de la población sufre esta alteración, con una incidencia mayor entre las mujeres y los niños a partir de los 3 años. De hecho, hay que diferenciar entre varias formas de tricotilomanía. Estas son las principales:

 

  • Temprana o precoz: aparece en niños entre 5 y 8 años de edad, normalmente asociada a algún acontecimiento “traumático” concreto. Suele ser de carácter más benigno y desaparecer por sí solo, aunque se recomienda una supervisión para que no reaparezca con el paso del tiempo.
  • De inicio tardío: la sufren adolescentes y adultos de forma permanente o intermitente, pero ya se considera un trastorno crónico y discapacitante.
  • Tricotilomanía automática: la que afecta a la mayor parte de la población. La persona no es consciente de su gesto, lo realiza mientras está ocupado en otras actividades.
  • Consciente: el individuo se concentra en esta acción de tocar su pelo y, además, el momento de arrancarlo le produce una liberación de tensión. Es frecuente que la tricotilomanía consciente y la automática coexistan.

 

Causas de la tricotilomanía

 

Cuando hablamos de alteraciones psicológicas, no es fácil determinar una causa única y clara. El funcionamiento de la mente es complejo y muy personal. Es evidente que, ante los mismos hechos, las personas reaccionan de forma distinta. La tricotilomanía no escapa a esta realidad, aunque sí es posible destacar algunos de los detonantes más comunes que originan esta disfunción.

 

Generalmente, la tricotilomanía va asociada al estrés y la ansiedad. Es muy frecuente que se produzca tras un cambio brusco, que puede ir desde una mudanza a un divorcio o un fallecimiento, especialmente en el caso de los niños. Otro origen puede estar ligado al aburrimiento, al cansancio o la falta de incentivos. Es muy común ver a personas enrollarse mechones de pelo de manera compulsiva, mientras estudian o están frente al televisor muchas horas.

 

Estrategias para superar este trastorno

 

Ya decíamos que es trascendental identificar la tricotilomanía lo antes posible, para evitar que se cronifique y complicar su tratamiento. En cualquier caso, lo primero que debes saber es que se puede eliminar esta alteración y erradicar definitivamente. La terapia más eficaz es la que se enfoca en la reversión de este hábito, similar a la que se utiliza para el tartamudeo u el impulso de comerse las uñas. Estas son las claves con las que se trabaja en una terapia para la tricotilomanía:

 

  1. Toma de conciencia: quien sufre tricotilomanía tiene un problema de control de sus impulsos, es decir, aunque se dé cuenta, el gesto es totalmente involuntario. Por eso, es esencial que conozca qué es lo que le ocurre y por qué. Este paso va ligado a la identificación del comportamiento asociado a tu tricotilomanía. Si descubres qué conducta o situación está en el origen de tu comportamiento, será más fácil evitarlo.
  2. Motivación: la idea es que el paciente sea consciente de los efectos que este hábito tiene sobre su salud y su imagen y, sobre todo, de las ventajas de dejar de practicarlo.
  3. Corrección: es el proceso de aprendizaje que te lleva a detectar el momento en el que estás manipulando el pelo. Al principio, puede ser interesante contar con la ayuda de familiares o amigos.
  4. Reacción: unido al paso anterior, consiste en sustituir el toqueteo del pelo por otra acción que no sea dañina.
  5. Práctica de técnicas de relajación: una de las causas más frecuentes de la tricotilomanía son problemas de ansiedad o estrés, como decíamos. Saber relajarse, con unas sencillas técnicas de respiración, es una manera efectiva de controlar los nervios.

 

La tricotilomanía no es una costumbre inocua, deja secuelas en las personas que la sufren. En Pensaments Psicólogos Mallorca, te invitamos a conocer nuestra terapia psicológica personalizada, exclusivamente centrada en ti y en tus necesidades.